"Una madrugada llamaron a mi papá para decirle que algo extraño sucedía con el abuelo. En aquel entonces, yo era tesorero del Centro de Estudiantes y sin quererlo tomé una mala decisión; la única posibilidad de revertir ese error estaba en un abuelo con el que apenas cruzaba palabra y que empezaba a desvanecerse, pero que era capaz de darme una esperanza para seguir. Así comenzó el camino que me llevaría a descubrir mi verdadero ikigai".

Esta historia te llevará a experimentar hasta el estremecimiento la búsqueda del verdadero sentido de la vida. Quizá tu ikigai esté más cerca de lo que pensabas.